13 junio 2020 Por: Victoria Nannini economia solidaria, Japón, monte fuji
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Desde la apacible ciudad de Fujiyoshida, con la imponente presencia del Monte Fuji, se ha gestado desde hace unos meses un tipo de organización colectiva, solidaria y comunitaria. Unión es la encargada de hacer frente a los devastadores efectos que la pandemia del COVID-19 ha diseminado a lo largo y ancho de todos los territorios de nuestro planeta.

 

Unión es una iniciativa de nuestro respetado músico, gestor cultural, social entrepreneur, Yamato Furuya, a quien ya hemos entrevistado en otra oportunidad. La idea surge ante la necesidad de enfrentar la recesión que avanzó tan fuertemente desde mediados de febrero y se agudizó en marzo cuando el turismo directamente dejó de funcionar. Vale destacar que este constituía la principal fuente de ingresos de aquellas ciudades de Japón basadas en la agricultura pero sin demasiada producción industrial.

Unión entonces se presenta como una salida a esta crisis mundial. Es una red solidaria y comunitaria basada en una moneda local específicamente creada a fines de un intercambio justo, cual trueque en los viejos tiempos (¿quién lo diría? Estamos atestiguando un retorno a las viejas tradiciones e inventos como el jabón, la cuarentena de la Edad Media, el trueque previo a la creación del papel moneda para salvarnos en este mundo pandémico postcapitalista).

Unión opera con cupones locales que pueden ser utilizados para adquirir productos y servicios que otras personas integrantes de la comunidad ofrecen. Se funda en tres principios básicos: alentar la participación social responsable, garantizar responsablemente higiene y seguridad alimentaria, vigorizar una economía solidaria y responsable.

El método de intercambio está inspirado en la tradición japonesa “MUJIN” (círculo de ahorro). Los cupones se adquieren por un valor de ¥1000 (yenes)* y la mayoría de productos se vende en un mercado que se localiza frente a la estación principal de la ciudad de Fujiyoshida. Al día de hoy, los cupones son libremente intercambiables por yenes y viceversa en cualquier local adherido. Podríamos afirmar que en el área de Hokuroku los cupones Unión han absorbido al yen.

De esta forma, la moneda del yen (o en su defecto el dólar, también aceptado en dichos lugares turísticos) es reemplazada por los cupones Unión, los cuales pueden ser canjeados por diversos productos regionales, extraídos, producidos y distribuidos por las mismísimas comunidades de Kawaguchiko y Fujiyoshida, también referidas como el área Hokuroku.

Estas ciudades, como hemos mencionado, se tratan de zonas meramente rurales donde cada habitante se ha focalizado, desde hace muchos años, en la producción local agrícola de manera sustentable, la que ahora les permite proveer de alimentos necesarios al resto de la población.

Entonces, la compra de cupones Unión genera una movilidad del dinero entre la producción regional y quienes consumen, de manera tal que se refuerza la economía local en una especie de ciclo circular y rotativo, generando estabilidad y prosperidad.

Esta iniciativa, que empezó como una pequeña idea, ha crecido esparciéndose como el virus, pero en dos ciudades que por suerte lo han evitado, y ahora comprende personas de distintos grupos etarios. Lo que también se ha impulsado es la generación de trabajo para personas mayores que hasta el momento estaban desocupadas, por haberse jubilado, y que tampoco realizaban actividades diarias que les generen motivación.

Por ejemplo, la campaña de Cookie & Dream busca fomentar el pago por adelantado para la comunidad a través de la obtención de galletas, generando gran empatía por la promoción del logo del monte Fuji en su manufactura. Estas cookies son realizadas con mucho amor, destinadas a quienes se inclinan por el veganismo. Además de las galletas y el intercambio que es posible realizar todos los sábados en la estación Shimoyoshida Ekimae, hay una lista de lugares que aceptan los cupones Unión en sus comercios.

Yamato-san también ha comenzado junto a 100 participantes de la ciudad de Fujiyoshida el proyecto “Grulla Chureito”, a partir del cual se crean grullas de origami. De esta forma, se le pide a turistas y fieles que compren una grulla de origami por al menos 100 yenes, para así conocer el verdadero significado en sus recorridos por la pagoda Chureito; pueden dedicarla como ofrenda en el templo de la pagoda, o bien, pueden llevársela a casa como recuerdo.


Las grullas de origami se hacen no solo con papel especial para ello, sino que además se usan folletos y otros papeles reciclados. La grulla que deja cada visitante, será luego recolectada, procesada y reutilizada como tela o pañuelitos. En este proyecto es donde se encuentran involucradas personas adultas mayores, dicha actividad es conocida con el nombre de Orizuru.

Tanto las personas que forman parte de Unión, como de este nuevo proyecto de reciclaje, abogan por los valores típicos de la sociedad japonesa como la humildad, la modestia, el respeto mutuo y la resiliencia. Y además reciben a cualquiera que desee sumarse. Todo esto apela al despojo del egoísmo, al cuidado del medio ambiente y así es que estamos ante la presencia de aquel individualismo, al cual hemos sido empujados hasta el momento, debilitado por el retorno de lo colectivo en la necesidad imperiosa de poder funcionar como sociedad ante un posible apocalipsis.

 

Fotografías: gentileza de Yamato Furuya.

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*  ¥1000 (yenes) equivalen a alrededor de $600 pesos argentinos o U$S9 al día 19 de junio de 2020

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