24 septiembre 2018 Por: Victoria Nannini artesescenicas, comedia musical, drag queen, draga, ladob, performance, rosario, teatro
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Una tarde apenas acercándose la primavera, Beige amablemente aceptó encontrarse y transformarse ante los ojos de quienes son unas novatas del maquillaje y la producción. Sin problemas, llegó por demás de puntual cargando un bolso lleno de ropa, pinturas y sombras todas desparramadas. Encendió una ganja y como si nada largó toda su historia.

 

Beige empezó contando su procedencia desde la ciudad de Rafaela, ubicada al oeste de la provincia. Este ya sería su cuarto año en Rosario, donde efectivamente nació la personalidad de Beige. En un primer momento vivió en una residencia estudiantil y se encontró con un montón de personas diversas que la sacudieron respecto del ambiente extremadamente conservador y católico del que provenía y había intentado escapar.

Beige resaltaba: “Es lo que nos pasó a la mayoría de la gente en Rafaela. Llega un punto en que no podés soportar tanto facho junto. Es una ciudad muy conservadora, tiene todavía sus cosas morales, el tema de la familia, se rige mucho por la iglesia, entonces se hace un poco difícil vivir ahí, y yo quería estudiar canto lírico que no existía allá”.

Mientras empezaba a cubrir sus ojeras con base, y las partes más sobresalientes de la cara como el mentón, la frente y la nariz, la draga también comentó que luego de canto lírico se pasó a estudiar Bellas Artes. La primer noche en Rosario, Beige decide salir, corajudamente, sin conocer lugares ni contactos en la ciudad. Cayó a una fiesta que se llama Lollipop Party, y fue un mundo totalmente desconocido que la introdujo a otras dragas como Acqua Queen, Laly López, con quienes trabajó después.

Su primer fiesta a la que tuvo que asistir montada* fue en Gótica, para la Fiesta Ma.cho, que es de Buenos Aires. Se la habían recomendado dos amigas de allá, que ahora están viviendo en Chile, ellas son Fergie Blacky y Crystal One. A fines del 2015 ya estaba probando con el tema del drag, pero recién en el 2016 tuvo la primer fiesta en la que se dragueó y la contrataron.

Además agregó que llevaba una peluca de 20 pesos sacada de un cotillón, un vestido todo apretado que no le iba, porque dijo que en ese momento estaba mucho más gorda, y unas plataformas porque no sabía lo que era usar tacos.

Dos años después, con tan sólo 21 años, Beige está participando en la fiesta Furia. Antes también estuvo trabajando en Rafaela en la Fiesta Homo Sapiens, hasta que recibieron varias denuncias relacionadas con un grupo de católicos que intentan demonizar la Marcha del Orgullo, llamada también Encuentro Irreverente y eso desembocó en restringir espacios donde puedan aparecer drag queens. Según la Beige (así es como prefiere que la llamen) Rosario es más abierta en algunas cosas pero aún tiene su camino por recorrer. Lo interesante es que haya resurgido la movida Drag.

 

Beige ya tenía la mitad del antebrazo cubierto de maquillaje que iba testeando antes de ponérselo en la cara. Eligió una sombra azulina, se pintó intensamente las cejas, tomó algunos mates que le cebábamos y respondió a la pregunta de la elección del nombre de una draga:

“Depende, cada una decide su nombre como se le da la gana, es muy personal. Yo siempre tuve como una fijación con colores entonces a cada persona la represento con un color. Justo me pasó que el primer día de mi transformación al Drag, se cumplía un año del fallecimiento de mi abuela, y mi abuela siempre era el beige, a ella le gustaba ese color. Me gustaba el nombre, lo encontré atractivo a pesar de que no es mi color favorito”.

Y en algún momento Beige tuvo un apellido (Brooklyn) pero prefiere no usarlo. Beige fue creciendo cada vez más performáticamente. Actualmente tiene un look predeterminado que tiene que ver con usar los colores negro, rosa y fucsia a lo Elle Woods de Legalmente Rubia. Lo que más le enseñó el Drag es a tener un poco más de carácter, a saber trabajar con egos muy fuertes y competir de forma justa.

 

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Las drag queens, en un término más yankee, pueden ser llamadas en Argentina como las dragas, las maricas, las travas. Ese mundo es muy competitivo. Por un lado, el programa de RuPaul hizo que resurgiera la movida, pero muchas dragas no están a favor porque genera ciertos estereotipos. Y por otro lado, las dragas más jóvenes están tratando de meterse en el ambiente pero se les dificulta porque últimamente la mayoría de los boliches estuvieron contratando dragas de otras ciudades del país.

En relación a esto, Beige contó: “El tema de las dragas es que son muy individualistas y yo vengo de un lugar en donde todo es mucho más colectivo, esto es por el tema del teatro y la música, estoy muy acostumbrada a trabajar en equipo”.

Beige está estudiando Teatro en la Escuela Provincial y Comedias Musicales en el Teatro El Círculo. Ese ámbito tampoco es sencillo. Allí también aparecen limitaciones porque las personas que dirigen las obras no aceptan su identidad e intentan encasillarla en papeles masculinos.

Una vez que Beige cubrió su pelo naturalmente largo con una media y se colocó la peluca mirándose al espejo, continuó su relato y nos reveló:

El drag es ciertamente una expresión artística de una condición del ser. Y Beige nos reveló:
“El ser draga no tienen nada que ver con el género o la sexualidad. Biológicamente soy un hombre pero yo me siento mujer. No estoy conforme con el binarismo con que se maneja esta sociedad. ¿Por qué siempre un “Hombre” tiene que usar traje y corbata, porque no puede ponerse una peluca y un vestido? Cada uno se autodenomina como quiere. ¿Por qué tanta estructura? Yo veo otras necesidades a las que hay que darle bola antes”.

Desde chica, a escondida de sus padres, Beige se empezó a juntar con todo “ese tipo de gente”, como diría su madre, que realmente la hacía sentir ella misma. Su paso por una escuela católica desde los 3 a los 18, siempre le devolvió el papel de la rara. Pero su familia ahora ya sabe que es una drag, y no la aceptan tanto.

Beige fue terminando su preparación con los últimos detalles de su atuendo y al mismo tiempo posaba para la cámara con total naturalidad. Mientras tanto, nos fue develando algunas cuestiones más de la noche drag como las competencias de lipsync, runways, desfiles, voguing, bailes y más. En las fiestas es posible codearse no sólo con otras dragas sino con personas que deciden animarse, vestirse y maquillarse, así como también con Bio Queens, mujeres biológicamente mujeres que se draguean, o Drag Kings, mujeres disfrazadas de hombre, aunque esos casos casi no se ven en Rosario.

La noche comenzaba a caer y los últimos destellos de luz ingresaban por la ventana y brillaban en la peluca colorada de Beige. La gata que rondaba por ahí estaba fanatizada con las pinturas y su estilo y no dejó por un sólo momento de atosigarla.

Finalmente, Beige terminó aclarando que el Drag para ella no constituye su única fuente de ingreso, así le gustaría pero eso no sucede. También mencionó que casi siempre se draguea cuando la contratan y es raro que asista a una fiesta montada sin que sea por trabajo. Por último, contó su fanatismo por personalidades como la de Britney Spears, Madonna y Moria Casán:

Y así Beige se volvió a poner su jean y remera rayada, con los que se presentó. Se sacó la peluca que antes había peinado durante un buen rato, se bajó de los tacos y con toda la gracia se retiró, con el maquillaje aún en su rostro porque cerquita la esperaba su pareja. Lo que más resonaba luego de la intensa reunión era su frase: “El Drag es político”. Porque ¿de qué otra cosa trata la política sino es de intentar transformar un estado actual de la realidad?

 

*Montada: acto de producción donde se utiliza maquillaje, accesorios e indumentaria que evocan a montar una escena o personaje.

 

Fotografías: Victoria Nannini para Krio, gentileza de Beige.

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