La Fundación Migrantes y Refugiados Sin Fronteras viene trabajando con extranjeros desde hace veinte años en la ciudad de Rosario. La misma está compuesta por un Comité Ejecutivo de 13 o 14 personas, algunas de ellas, representantes de varias instituciones de la colectividad de paraguayos, peruanos, españoles, croatas y también integrantes de la Asociación de Colectividades Extranjeras. Es un grupo de gente bastante heterogéneo.

 

El presidente de la Fundación, Leandro Zaccari Tognetti, nos contó los procesos a partir de los cuales quienes llegan a nuestra ciudad como migrantes o refugiados, pueden regularizar su situación y establecerse en forma permanente. La Fundación trabaja fundamentalmente ofreciendo diferentes actividades y cursos, pero sobre todas las cosas, busca poder insertar al migrante o refugiado en la vida social, primero con el idioma, luego en el trabajo, y paralelamente también, otorgarle alojamiento, que por lo general, durante los primeros meses, se realiza en pensiones.

Para esta ocasión, el foco ha estado en la Comunidad Africana de la ciudad, identificada con varios países como Nigeria, República Democrática del Congo, Tanzania, Liberia, Senegal y más. Con algunas interrupciones que tenían que ver con el trabajo diario de Leandro en la Fundación y demandas del momento sobre cursos de idiomas, pudimos entablar una charla con el representante de los migrantes y refugiados.

¿Cómo es el proceso para un extranjero una vez que llega al país?
En primer lugar, hay que distinguir al migrante que emigra espontáneamente de su país por una mejora, fundamentalmente, de vida o como búsqueda de un trabajo mejor de lo que es un refugiado, que sale de su país por situaciones de fuerza mayor. Cuando un refugiado llega, por lo general, se trata de una persona analfabeta o con poca instrucción, y no sabe que puede solicitar refugio pero sí sucede que la mayoría de los refugiados vienen en barco como polizones y entonces, la Dirección Nacional de Migraciones, en la delegación local, les toma una declaración, y si de esa declaración surge que la persona salió de su país en forma obligada por alguna situación civil, étnica, etc., luego la Dirección Nacional de Migraciones da intervención al CONARE, que es la Comisión Nacional de Refugiados, y a partir de allí, tanto CONARE como la Dirección Nacional de Migraciones, dan lugar a un petición de refugio. Primero se le otorga una residencia precaria como peticionante de refugio, luego esa petición tiene un proceso de estudio que puede ser aproximadamente de dos años, y es la CONARE quien determina si esa petición es favorable y en virtud de ello, al peticionante se le otorga la calidad de refugiado. Una vez otorgada esa condición, luego de tres años de refugiado, se le otorga la residencia permanente en Argentina.

¿Y cuándo interviene la Fundación?
Luego de la primera etapa, la Dirección Nacional de Migraciones nos da intervención a nosotros y ante el caso de un peticionante de refugio siempre se lo trata de insertar durante los primeros meses, en lo social, en cuestión laboral pero antes que nada, en cuestión de idioma porque sin poder aprender el idioma es imposible lograr una inserción laboral. Según los países de los que provienen, en virtud de la colonización que tuvo, sea de habla inglesa o francesa, se contactan con profesores de idioma bilingüe que les enseñan temporalmente en cursos de 4 o 6 meses.

Pero a veces, la inserción en un trabajo formal resulta bastante difícil, dada su cultura y sus costumbres. Por lo general, como pueden ver en el centro de la ciudad, el 90% de los peticionantes de refugio, sobre todo los de la comunidad africana, son vendedores ambulantes, porque dadas las costumbres de su países de origen, se dedican mucho a la venta ambulante y por eso la continúan acá. En algunas ocasiones, ha habido ciertas ayudas en concepto de micro crédito con lo cual el refugiado puede iniciar con un fondo de pequeña mercadería para luego empezar a crecer en la venta ambulante.

¿Cuáles son las organizaciones con las que se relacionan?
Nosotros somos una ONG privada, o sea, no dependemos de ningún tipo de gobierno ni nacional ni provincial ni municipal. Pero nos vinculamos con diversas organizaciones de bien público, instituciones de organismos públicos, fundamentalmente, Bienestar Social, Secretaría de Salud Pública también, todo lo que sea tema de hospitales públicos para también insertar a los refugiados en el ámbito de la salud. Escuelas públicas, primarias o secundarias, según la edad, porque también hemos tenido casos de refugiados que hemos insertado en la educación. También ONGs privadas como Red Solidaria o Caritas, si surgen necesidades de vestimenta o algún otro tipo de necesidad primaria.

Entonces ¿la Fundación funciona como una especie de mediador con otros organismos?
Exacto, sobre todo, con organismos de promoción social o con ONGs que colaboran en el ámbito de lo social. Hoy en día, una de las carencias que tiene la población rosarina es que no hay hogares específicos para población migrante o alojamiento temporal. En una época, por ejemplo, había hogares como Oprome, y por otro lado, el Ejército de Salvación. Entonces muchas veces, el migrante o refugiado, era alojado temporalmente en esos hogares. Hoy eso es dificultoso porque la colaboración de provincia y municipalidad para sustentar esos hogares ha disminuido muchísimo. Algunos son alojados en hogares transitorios que abren en época invernal como el hogar Sol de Noche. El dinero de la pensión es trabajado en los primeros meses con ayuda del ACNUR (Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados) o con ayuda de organismos públicos o privados o de sociedad civil que colaboran en este tema.

La Fundación también trabaja como mediadora con los Consulados. El tema es que hay muchos países africanos que no cuentan con una representación diplomática acreditada en el país. La representación diplomática acreditada se encuentra en Brasil porque es uno de los países que más población africana posee de América del Sur. Algunos países tienen un representante consular que depende de la Embajada de Brasil y otros directamente se tienen que dirigir a Brasil. Creo que Senegal es el único país que tiene representante legal. Pero fundamentalmente los países que tienen algún conflicto, como Ghana, Nigeria, República del Congo, Tanzania, son todos países que tienen representación en Brasil.

¿Es eso problemático?
En parte sí, y en otra parte no nos tenemos que olvidar que si son refugiados, los países de los que provienen cuando piden petición de refugio, cesan la representación y protección. Más allá de que después esos países intenten intervenir en cierta manera. En cambio, como migrante, sí estarían desprotegidos.

En África hay demasiados controles, en la mayoría de los países africanos de los que venían como Nigeria o Liberia, ya no hay una situación tan grave sino que hay una de mejoría en lo que respecta a lo social, civil y político, entonces eso no da lugar a la migración. Tenemos problemas en otros países de África como es en Etiopía o Somalia, pero no están llegando a Argentina.

¿Cómo afecta la nueva disposición del decreto de necesidad de urgencia sobre migraciones?
Todas las ONGs que trabajamos en el tema de los derechos humanos del migrante estamos en contra de ese DNU, porque es un retroceso a lo que establece la Ley. La Ley 25.871 es una ley pionera que incluso varios países como Chile y Uruguay han tomado como modelo para proyectos de ley acorde a protección de los derechos humanos del migrante. Si bien es un mayor control a nivel de seguridad también en la Argentina, no estamos a favor de ese DNU, porque en muchos casos hay procesos de expulsión, vamos a llamarlos “express”, sin que se cumpla todo el procedimiento para que ese migrante tenga una expulsión adecuada.

Leandro también nos contó que en Rosario, no hay estadísticas de inmigración, esto es, las estadísticas son a nivel nacional. Sacando lo que es la población africana, las personas de nacionalidad venezolana están representando el tercer lugar en índices de inmigración, precedidas por bolivianos y paraguayos. Esos mismos números se mantienen en Rosario. Podemos decir que tenemos una población latinoamericana, fundamentalmente, de estudiantes brasileros, peruanos, colombianos, que en su mayoría llegan porque tenemos una universidad pública y gratuita que a su vez dicta varias maestrías y cursos de posgrado que funcionan como una atracción para esos estudiantes.

Lo que resulta importante destacar es que la población africana que tenemos en Rosario, es una población que no se mantiene constante, sino que va variando, porque muchas veces son poblaciones que residen en Buenos Aires y vienen a Rosario y luego vuelven nuevamente a Buenos Aires. Hay un porcentaje de población que sí está asentada en Rosario y que ha conformado familia con hijos, pero la población soltera, es una población nómade.

Muchos de esos migrantes o refugiados vienen a trabajar a Rosario y envían el dinero a sus familias a distancia pero no desean traerlas acá. Lo cierto acerca de lo que nos transmite Leandro es que “todo migrante y/o refugiado piensa, en su mente, en volver, en algún momento, a su lugar de origen. Cuando la situación de su país mejore”. En la mayoría de los casos, la persona no termina volviendo porque termina conformando una familia local pero en su mente todo migrante o refugiado piensa en volver a su país.

Finalmente, Leandro nos informó sobre la página web de la Fundación donde se puede encontrar algo de historia pero también una sección de videoteca que relatan las diferentes leyes: la Ley de Migraciones, la Ley de Refugiados, y además se cuenta el trabajo que se hace en virtud de los ODS, Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas, que serían diferentes objetivos que se establecieron con miras a la agenda 2030, los cuales están vinculados, fundamentalmente, al tema migratorio y a la trata de personas, que también tiene temática migratoria. En este punto, Leandro mencionó el trabajo de la Fundación, donde se busca la inserción de la víctima y su acompañamiento con psicólogos y otros organismos.

Saber más

Leyes que contemplan la situación de los migrantes en nuestro país:
Ley de migraciones 25.871 
– Ley de Refugiados 26.165 

Ambas poseen un encuadre que tiene consonancia con la Convención del Estatuto del Refugiado de 1951, de Naciones Unidas, que establece en sus primeros artículos que la persona que sale de su país forzadamente por una situación religiosa, étnica, o de guerra civil, puede solicitar en Argentina petición de refugio. Entonces, la Ley de Migraciones, sancionada y promulgada entre 2003 y 2004, establece que cualquier inmigrante (a excepción de quienes han cometido ciertos crímenes) que vive en suelo argentino tiene derecho a salud y educación, y puede participar productivamente aún si su situación se encuentra irregular. En el caso de la Ley de Refugiados, sancionada en 2006, se define quiénes están en condiciones de peticionar refugio en la República Argentina.

+ info sobre la Fundación:
http://www.sinfronteras.org.ar/

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