“Esta es nuestra cultura y no la queremos olvidar” 2/2
Stephen Amoakohene, originario de Ghana, reside en Rosario desde el año 1999, y fue uno de los primeros africanos en llegar a la ciudad. Su vida fue una odisea, una improvisada lucha por la supervivencia y la superación personal. Actualmente, es el presidente de la Asociación Africana de Rosario y todo un referente de la comunidad africana local.
Luego de su sentido relato sobre las complicaciones que Stephen tuvo que enfrentar para poder llegar y residir en Argentina, su historia continúa una vez instalado en la ciudad de Rosario.
ROSARIO – 2006
En el año 2006, Stephen y su compañero, Isaac Cuesi, fueron desalojados a la fuerza de su puesto de trabajo en la esquina de Rioja y San Martín por la Guardia Urbana Municipal (GUM), con el apoyo de la policía. El caso tuvo grandes repercusiones en los medios de comunicación y dio lugar a una serie de debates para conseguir la regularización laboral de los vendedores ambulantes africanos en la ciudad de Rosario.
Sobre esta historia, Stephen comenta: “Yo tuve el primer permiso que dieron desde la Municipalidad para poder trabajar en la esquina de Rioja y San Martín, lugar en el que sigo actualmente. Después ayudé a que le dieran los permisos al resto de los chicos que llegaban en barcos desde África. Llegó un momento que los querían sacar a todos, entonces reclamé en la Municipalidad, luché. Ellos me escucharon y les dieron los permisos a todos esos muchachos para que puedan trabajar tranquilos”.
Más allá de todo, Stephen se manifiesta muy agradecido con la Municipalidad porque reconoce que siempre lo ayudaron mucho. Siempre estuvo presente el diálogo y eso es algo de lo que él no se olvida.
ASOCIACIÓN AFRICANA DE ROSARIO- 2007
Después del conflicto del 2006, Stephen y sus compañeros comenzaron a pensar en fundar una agrupación que los representase como comunidad, en la que pudiesen compartir su cultura con el resto de los rosarinos y ayudar a los nuevos africanos que llegaban a la ciudad. Fue así que nació, en el año 2007, la actual Asociación Africana de Rosario.
“La fundamos entre el 2007 y 2008, pero recién se hizo más conocida en los últimos dos años, a partir de que entramos en colectividades. Nos costó mucho, estuvimos 6 años afuera porque no podíamos hacer la personería jurídica. La mayoría de los chicos que estaban en la asociación eran refugiados y no tenían los papeles en regla, entonces no podíamos formar la comisión directiva”, cuenta Steve, como suelen llamarlo a veces los de la comunidad.
Para conformar la comisión directiva de la Asociación y obtener personería jurídica, es un requisito reunir un mínimo de 10 personas con residencia en Argentina. Tal es así que, por lo que Stephen contaba, con el tiempo, la misma gente de la Asociación Africana se fue abriendo para formar grupos de cada uno de sus países; actualmente hay 4 asociaciones en Rosario: la Asociación Africana de Rosario, la Asociación Civil de Tanzania en Rosario, Asociación Senegalesa de Rosario, y la Asociación de Africa del Oeste. Todos los muchachos abrieron su camino para mostrar su cultura. Sobre esto Stephen acota: “Yo pienso que eso está bien porque somos 54 países en África y cada uno tiene su mentalidad, cada uno tiene una cultura diferente, un pensamiento diferente”.
La Asociación acepta a todos los migrantes de todas partes de África. Muchas veces, cuenta Stephen, a los refugiados que llegan en barco los llevan a su casa para que puedan acomodarse y compartir reuniones donde se informen acerca de los requisitos para que puedan tramitar los permisos de trabajo.
Según las palabras del oriundo de Ghana, no hay muchos refugiados que estén llegando porque en África están cerrando todas las puertas y hay más controles en los barcos. Esto tiene su lado positivo si uno piensa en el viaje como polizón que suele ser muy peligroso porque muchos mueren en el camino. En general, los polizones deben viajar escondidos todo el trayecto. Más de las veces se quedan sin comida y mueren. Algunos otros pueden aguantar más y logran sobrevivir.
Con mucha suerte, el marinero esconde al polizón, le da comida y una vez que el barco llega a algún país, lo deja ir. Pero en ciertas ocasiones, al ser descubierto, el polizón es arrojado directamente al mar. Si el destino acompaña, el polizón llega, sino lo levantan de a dos o tres personas, lo agarran de las manos y de la cabeza, y le dicen: “¡lasca!”. Esta es una palabra propia de la jerga de marineros, la cual significa que lo arrojan al mar.
Ningún país de África tiene actualmente representantes diplomáticos en Rosario. La institución que se ocupa de recibir a los refugiados que arriban a la ciudad es la Fundación Migrantes y Refugiados Sin Fronteras. A la institución se les notifica cuando llegan barcos con personas que viajan como polizones, luego los reciben y ayudan a tramitar la documentación.
“La gente de la Fundación me llama cuando llegan refugiados para que me comunique con ellos, porque muchos no hablan español. Después los ayudamos con los documentos y con el trámite de los permisos de trabajo. Lo hago de corazón. Mi mamá era así, ayudaba a mucha gente, es algo que ella me transmitió siempre”.
DÍA DE ÁFRICA – 2016
En 2016 se festeja el día de África. Stephen consiguió el permiso para estar en el Monumento con los tambores, bailando. Fue así que reveló que se sentía como en casa porque esa es su cultura y no quiere olvidarla. Eso lo conecta con sus raíces a través del tiempo porque dejó su casa en 1994 y no volvió nunca más. El desarraigo le devolvió mucho dolor, y melancolía, extrañando a sus padres*.
Stephen estuvo ahorrando durante largo tiempo para poder reunir el dinero para pagar el pasaje a Ghana. Al mismo tiempo confesaba que “la vida es así, qué voy a hacer, hoy en día tengo tres hijos y agradezco lo que Dios me dio”. Afortunadamente, entre el momento de la entrevista y la publicación de la nota, Stephen pudo viajar y cumplir su sueño.
De todas formas, Stephen revela que no podría vivir en África, que sólo iría como turista. Si bien sus padres viven allí, su vida, su familia y sus comodidades están en Rosario. El ghanés finaliza su historia y dice: “De África no me olvido pero la verdad es que yo actualmente me siento más argentino. Acá tengo mis hijos y mi mujer, mi propio programa de radio en la 90.5, que se llama “África Suena”. Siento que estoy avanzando. El día que tengamos la “Casa Africana” vamos a poner un restaurante, ya cambia todo, pero acá nadie regala nada, tenemos que trabajar duro para encontrar ese camino y en eso estamos, luchando, y estoy seguro que el camino está.”
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*Desde el momento en que fue realizada la entrevista hasta el día de hoy, Stephen consiguió reunir el dinero para viajar a África y reencontrarse con su familia después de 24 años. Compartimos algunas fotografías de su viaje a Ghana.
Encontrá la primera parte del relato de la odisea de Stephen aquí
Desde su lugar en la Asociación Africana, Stephen extiende la invitación al evento de la Noche de las Colectividades, donde se podrán degustar comidas típicas y apreciar la música y danza africana.